Sofi desde siempre ha presentado problemas gástricos, mucho estreñimiento o meses con diarrea. Sin embargo desde Marzo del 2015, empezó con mucho reflujo, además de otras cosas; entre ellas mucha irritabilidad, entonces, el discurso era, "esta irritable, porque algo le duele, como tiene reflujo lo que le debe de doler es el estómago"
Todo el mes de Abril, fuimos casi diario al consultorio del doctor, el vómito era constante, y el mal humor de Sofí mejor ni les cuento.
Pasamos, por todas las medicinas, pero todas, Nexium, Riopan, Ranisen, Eborix, Erjex, etc. y pues también un par de estudios: serie gastroduodenal y endoscopia. La serie mostraba un estómago con vaciamiento lento y reflujo con dolor.
De todas las medicinas posibles, no se animan a darle, los conocidos procinéticos, (aquellas medicinas especificas para el reflujo) ya que tienen efectos secundarios en el sistema nervioso central, y puede afectar a Sofí de manera importante, incluso causarle alguna convulsión.
Ningún estudio reveló algún daño importante en el sistema digestivo de Sofí, esta tomando todos los antiácidos necesarios, así que la irritabilidad, no es por dolor, así que se le dan medicamentos para calmar su irritabilidad e iniciamos con terapia cognitivo - conductual.
Si, hay una mejora, pero el vómito no desaparece. Es bastante desagradable verla todo el día mojada, y con mal aliento.
En Julio, finalmente se animan con un procinético, el resultado... fatal, no sólo no desaparece el vómito pero aparece la agresión por lo que se decide suspenderlo.
Y ¿si tal vez es alergia?, pues análisis de sangre para ver alergia en algún alimento, y pues de paso también revisamos los de aire... El resultado... ninguna alergia... todo normal.
En Septiembre, nos ataca, una gastroenteritis, y como no comía nada, pues, no hay reflujo. En cuanto hay mejoría de la infección, regresa el vomito/reflujo.
Yo muy desesperada, no es normal que un niño vomite mas de 5 veces al día. El psiquiatra que tengo en casa (el papá de Sofi), empezó a pensar en otra cosa: rumiación.
Se dice que niños con problemas de desarrollo, regresan la comida, disfrutan del proceso. El problema es que si este proceso continua por mucho tiempo, puede haber problemas, en el esófago, en la garganta, sin contar las caries dentales.
Se habló con la terapeuta, confirmó que la rumiación, puede iniciar con reflujo y después volverse una conducta aprendida.
Mi querido psiquiatra, siguiendo su sentido común, analizó la alimentación de Sofí, entre los dos vimos que todo el líquido que Sofí tomaba lo hacía al final de la comida, sin contar que su proceso de alimentación lo hacía en un tiempo de 15 minutos.
Cabe aclarar, que Sofí, antes de marzo tardaba como 45 minutos en comer, porque comía al mismo tiempo que toda la familia, cuando sus hermanos iniciaron con el alimento sólido, se le empezó a dar de comer antes, con sus hermanos, y como una sola persona se dedica a su alimentación esta sucedía mucho mas rápido.
Por lo que el psiquiatra sugirió lo siguiente: en lugar de darle el líquido a la niña, al final de cada alimento, darle la misma cantidad de líquido pero durante todo el día, a la hora de la comida solo un poco, para que no tenga la boca seca. A su vez, aumentar el tiempo de comida, que pase tiempo entre bocado y bocado, y así también tenemos a esperanza de que pueda masticar mejor.
Lógica de lo anterior: No llenarle el estómago a Sofí, darle mas sólido (que es mas difícil que se regrese), tampoco llenar la panza de líquido, mantenla hidratada y alimentada pero con pequeñas dosis de líquido y sólido; durante todo el día.
Sorpresivamente el tratamiento del psiquiatra funcionó, los vómitos disminuyeron de un 50% a un 70%. Todavía seguimos buscando, y tratando de eliminar el problema por completo.
Por el momento quedo comprobado que un psiquiatra papa, pudo iniciar la derrota contra el vomito de Sofi.
El sentido común junto con conocimiento de medicina, lograron disminuir los vómitos. Ahora Sofí lleva día a día "La Dieta del Psiquiatra"
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