Decisiones

Un pensamiento que ha rondando nuestra mente desde hace tiempo, es... Hay que dejar a Sofí no podemos llevarla...

Entiendo que hay lugares para todo, no puedes llevar a un niño a un bar, y mucho menos a un centro nocturno, tampoco es sano llevar a un bebe a una función de cine en viernes en la noche, hay bodas y eventos en los cuales en sus boletos dice claramente... sin niños.

¿Pero? ¿qué pasa cuándo el lugar al que quieres ir es apto para niños?

Hoy, Sofí y sus hermanos tenían la fiesta de cumpleaños de su prima, ella cumplía un año, la fiesta iba a ser en un salón de fiestas, totalmente para niños... pero ¿y Sofí?

Todo el día, le di vueltas a la idea, "y si mejor no la llevo", si es una fiesta para niños, por lo mismo hay muchos estímulos, si se pone irritable, ¿cómo le voy a hacer para atenderla a ella, y a sus hermanos?, ¿podrá estar en el suelo?... ¿para quién es mejor que no vaya, para ella o para la familia?

Argumentos a favor de no llevarla... en una fiesta hay muchos estímulos, se puede poner irritable... si se queda en casa, esta en su ambiente, puede ir al parque, es mas fácil atenderla, hay quien la cuide en casa. Si no va Sofí a la fiesta, tenemos oportunidad de dedicarle tiempo a los gemelos.

Argumentos para llevarla... es una niña, es una fiesta para niños, somos una familia de 5. Poco a poco Sofí tiene que ir aceptando los estímulos.

La verdad, me sentía muy mal, por el mero hecho de considerar el no llevarla a una fiesta infantil a la cual fue invitada.

Su papá me decía, ya tuvo una posada la semana pasada, ya tuvo estimulo suficiente, poco a poco, tenemos que estar también con los bebes.

Todo parecía indicar que la lógica nos decía que lo mejor era no llevarla, sin embargo algo no cuadraba, no me sentía bien.

A 5 minutos de irnos, su papá me dice, en contra de lo que habíamos argumentado todo el día. "¿Y si nos llevamos a Sofí?", a lo que yo contesté inmediatamente, "ok, la llevamos"

Todo el día, sin contar el llanto de recién levantada, Sofí había estado muy bien, se entretuvo todo el día con un juguete, no se notaba ansiosa. Tenía miedo de que perdiera su buen humor.

Llegando a la fiesta, no quería caminar, pero se veía contenta, se quedo en una esquina, jugando, estaba contenta. Todo parecía ir muy bien.

Los bebes rapidamente terminaron en la alberca de pelotas, el ruido ambiente, bastante decente, no se escuchaba mucho ruido, y tampoco había canciones a todo volumen.

Hubo que llevar a Sofí al baño a cambio de pañal, regresando ya no la dejamos ir a su esquina, sino que la pusimos en la alberca de pelotas con sus hermanos, claro no soltaba su juguete.

Fue la mas feliz, se adueñó de la alberca, estaba contenta, acosada, sintiendo la vibración de su juguete, y viendo las luces del mismo.

Interacción con alguien mas, para que... ella estaba contenta.

En otro momento, su papa la llevó a la cama elástica, mas que feliz, los niños que llegaban brincaban, y a ella el rebote le generaba sonrisas, cada quien disfruto su espacio.

Todo había salida perfecto, ella estaba contenta, no estuvo irritable, sus hermanos jugaron y comieron, sus papas convivieron con los familiares.

Ya en la salida, cuando nos estábamos retirando, inicia el show de títeres, con los Minions y su canción favorita de Banana, Sofí en ese instante, se regresa al salón de fiestas escucha su canción, y al terminar se da la vuelta y camina hacia la salida.

En esta ocasión la decisión de llevar a Sofí fue la acertada, los 5 integrantes de la familia disfrutamos de la fiesta... sin embargo el fantasma sigue presente... habrá momentos y lugares para niños a los cuales Sofí no podrá ir.

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