Una de las cosas mas difíciles que he tenido que aprender en esta historia es lo que los conductistas llaman... extinción.
¿Qué es?, en realidad aquí no describiré la parte teórica, ni conceptual del asunto, sino lo que nos toca a los que tenemos que utilizar ese método en casa.
Todo se basa en el principio de no dar al niño lo que quiere, en no consentirlo, en no hacer caso a sus berrinches, podríamos decir que en palabras sencillas es... déjalo llorar.
Supongo que todos los niños en algún momento, han hecho berrinche, en mi caso, desconozco que sucede cuando un niño que tiene lenguaje verbal hace berrinche, me imagino que en algún momento del llanto dirá con palabras lo que desea o le molesta, y ya será decisión de los padres como lo manejan.
Aqui la cosa es un poco mas complicada, ya que cuando Sofí empieza a llorar, muchas veces no sabemos porque es, dolor, quiere algo, necesita alguna cosa, no quiere hacer la actividad, etc.
Después de mucho observar, nos hemos dado cuenta, que Sofí hay veces que no quiere trabajar, o desea algo y como no lo obtiene pues empieza a llorar.
Nos han enseñando, que no se le puede dar lo que quiere mientras llore, que aunque su lenguaje es muy elemental, de alguna manera u otra se comunica, y que debe de pedir las cosas sin agredirse o lastimar al otro.
El sábado pasado, la situación no empezó bien, se despertó muy irritable, llorando mucho y pateando, ahí no necesariamente es un berrinche, algo sucede, entonces, se le atiende, se le da un poco de medicina para calamar su irritabilidad, se le de desayunar, claro todo mundo despierta y quiere desayunar, se le atiende, se le cambia el pañal, y se queda tranquila jugando con un pequeño juguete musical.
La escena, normal, los bebes juegan entre ellos, Sofí acostada en el sillón con su abeja musical, y yo junto de ella la abrazo, llega el momento en que me tengo que levantar a atender cosas sencillas de la casa como lavar los platos... todo normal dejo a los niños jugando y tranquilos...
5 minutos mas tarde, Sofí empieza a llorar, yo me doy cuenta, y veo el escenario todo sigue igual, ella ve que la estoy observando y grita mas fuerte, así que regreso a mis labores en la cocina, unos minutos mas tarde, Sofí camina hacia la puerta de la cocina, se tira en el piso, y comienza nuevamente el llanto... yo ya conozco los gritos, nada le molesta, grita mas fuerte cuando cree que me voy a acercar...
Pareciera que no estoy haciendo nada pero estoy haciendo algo muy difícil, la llamada extinción, difícil porque en teoría no debo de dar ninguna signo de que le estoy poniendo atención, difícil porque ante los ojos del mundo, estoy lavando los platos e ignorando a mi hija, difícil porque tengo que saber en que momento la debo de atender, difícil porque sin verla debo de saber si se esta haciendo daño, difícil...
No debo de acercarme a ella hasta que deje de llorar, no debo darle lo que quiere, en esta ocasión es un llanto porque quiere que este con ella en el sillón... estoy segura que debo de hacer extinción, porque estoy segura de que no es irritabilidad neurológica, eso segura que nada le duele, estoy segura de que no tiene hambre, estoy segura que no quiere ir al baño... bueno por momentos al escucharla llorar no estoy segura de nada...
Y en eso sucede, se calma, deja de llorar, se pone de pie, y levanta los brazos pidiendo un abrazo... claro que acto seguido hay que dejar todo lo que estas haciendo y darle lo que quiere... un abrazo y jugar... ya nada importa... ella pide sin llorar lo que quiere...
Ese abrazo supongo yo es mas reconfortante para mi que para ella...
Guau, se le parte a uno el corazón frente al llanto de los hijos. Y la educación, al prevalecer hace que este palpite con más fuerza y amor.
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