Snoopy dijo alguna vez "Nunca nada llega a ser tan divertido como pensaste que iba a serlo"
Hoy, como muchas familias en el mundo teníamos ganas de ir a ver "Snoopy y Charlie Brown: Peanuts: La Película", estaba decidido íbamos a ir el domingo por la tarde, papás, gemelos, y la tía inseparable, ¿pero y Sofí?
Aparentemente no era una película para ella, no hay mucha acción, poco diálogo, poca música, así que pensamos, seguramente no lo va a disfrutar, vamos a dejarla en casa, para que este tranquila y contenta jugando.
El sentimiento de culpa, empezó a llegar, ¿cómo no la voy a llevar?, es una película de animación para niños, ella es una niña, le gustan las caricaturas... bueno únicamente los Minions, y algunas canciones de Frozen... Nos justificábamos... hay ocasiones en que solo llevamos a Sofí, hoy le toca a los gemelos...
No había una respuesta, le preguntamos a la maestra de Sofí que opinaba, había una posibilidad de que no le gustara la película y que se pudiera alterar, ella nos dijo, si creen poder manejar la frustración si eso sucede, adelante... lo que ella no sabía es que cuando nos lo dijo, ya habíamos tomado la decisión de llevarla. Estábamos tranquilos, era una actividad familiar, y debíamos estar todos juntos.
¿A quién le gusta ver una película en primera fila?, resulta que a Sofí, claro que esto no lo descubrí hasta que llegamos al cine, por diversas razones no pudimos adquirir los boletos con tiempo, así que al llegar a taquilla solo estaban los de hasta adelante, bueno, no hay que exagerar tampoco... estábamos en segunda fila.
Estar en segunda fila facilitó la llegada, no hubo que cargarla para llegar al asiento, ya que había espacio para sillas de ruedas justo delante de nuestros lugares, así que cual princesa llego en su carroza a su lugar, se sentó e inmediatamente pidió sus palomitas.
La película inició... ella mas atenta que nunca, las imágenes tan grandes y llenas de colores contratantes llamaban su atención.
El momento en que Snoopy empieza a volar junto con Woodstock sus partes favoritas sin duda.
Cuando Schroeder logra emitir de su pequeño piano, las melodías de Beethoven a Sofí le sale una sonrisa, esta feliz.
En un momento Snoopy toma el volante de su casa, como compañero el inseparable Woodstock, ahí algo increíble sucede, empezó a aplaudir.
Casi al final de la película ella se quiere levantar, su papa la carga y para sorpresa mía en lugar de devolverla a su asiento, la carga en sus piernas y Sofí sonriente termina de ver la película, ya sin palomitas, solo en brazos de papá.
Lo que yo creía que iba a ser un impedimento fue justo lo que le gustó, estar hasta adelante y tener la imagen tan grande y cerca, fue perfecto, la sencillez de los dibujos llamaron su atención, los pocos estímulos sonoros y visuales que tiene la película fueron suficientes para ella, no se vio sobre- estimulada.
Los dibujos delineados y sencillos, los identificó. Pasó unos 93 minutos atenta, o eso quiero creer, fue una niña feliz, viendo la película, con la vista al frente y un poco hacia arriba... haciendo honor a lo que nos dice el buen amigo Snoopy "Sigue mirando hacia arriba... ese es el secreto de la vida"
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