Un día normal.

Cada vez que despiertas, no sabes que día te espera, bueno eso también sucedía antes de que naciera Sofía, pero con ella, de verdad que la situación es minuto a minuto, nunca sabes lo que va a suceder ni el día que te dará.

Ya he aprendido a vivir con esa incertidumbre, a manejar el hecho que de un minuto a otro empiece la irritabilidad y el llanto, el hecho de despertarse en la mañana con miles de planes y acabar repentinamente en el hospital.

Así que tener un día normal, es algo por lo que me acuesto inmensamente agradecida cuando sucede; que debo de decir, no es tan raro.

Sin embargo, mi día normal, posiblemente no sea normal para los demás.

Mi día normal, implica invertir 5 minutos en la mañana, y 5 minutos en la noche dandole medicina. A su vez implica, (cuando ella no esta conmigo), llamar cada 5 minutos (esta bien exageré), cada hora, al lugar donde se encuentra para saber como esta.

Uno trata de planear un día normal, pero siempre hay que tener alternativas abiertas, ser muy creativo, para tener plan A, B. C o D, si por alguna razón las cosas empiezan a estar mal.

Un día normal, significa escuchar la risa de mi niña a lo largo del día, a pesar de que no me diga "mamá", sabe quien soy y me busca para jugar.

En un día normal, la acuesto en su cama, le gusta que la aviente, que juegue con ella, me gusta escucharla reír, no me dice buenas noches, simplemente las medicinas que le doy para dormir empiezan a hacer efecto, se pone boca abajo, y deja de reír, se queda dormida, y yo me siento tranquila.

En un día normal, puedo trabajar, reír con mis amigos, eso si revisando cada 2 minutos el celular para ver si no hay mensajes, pero al ver que no hay notificaciones, la vida sigue normal y feliz.

Cuando recibo un mensaje, que Sofí, esta mojada, que hay que cambiarla, que no encuentran la ropa, me siento tranquila porque... todo esta normal.

Si estoy con ella, y juega en el jardín, acaba en la alberca de algún lado, queda totalmente llena de tierra porque rompió una maceta, o simplemente sin darme cuenta acaba en el baño, vaciando todo el gabinete y toda mojada en el inodoro, me lleno de felicidad, al saber que todo esta normal.

Normal, es llevarla a su clase de natación, que se ría con su maestro, y entre dos personas la tengamos que bañar.

Normal es que entre mi marido y yo un domingo tengamos que planear quien la baña y quien la viste.

Normal, es no poder ir por comida rápida como pizza o hamburguesas,  porque solo come sopa y guisos con caldos.

Normal, es pensar qué llevar a una comida para que este mas cómoda, si su carreola, o su silla alta para poder comer.

Es normal, salir de la casa con las medicinas, no vaya a ser que se alargue la reunión o que el tráfico no nos permita llegar a a casa a la hora de la cena.

Normal, es irse a la cama sabiendo que tuvimos un día normal, esperando que mañana también lo sea.

Como disfruto un día normal.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario