Cuantas expectativas, voy a tener un hijo, ¿en qué universidad va a estudiar?
Recuerdo que cuando tenía 8 meses de casada, acompañé a mi esposo a Boston, donde estaba tomando un curso, el estuvo ahí por un mes, yo solo por 3 días, entre los souvenirs que uno puede encontrar por allá, se encontraba un babero con el escudo de Harvard que decía "Generación 20??", por supuesto no dude en comprarlo; en ese momento todavía no habíamos pensando la posibilidad de empezar a hacer crecer la familia, fue en febrero del 2007.
Para cuando Sofí nace, en septiembre del 2010, la preparación de las cosas fue algo normal, y entre ellas, estaba el babero de Harvard, ¿en qué escuela estudiará?, ¿cuál será su carrera?, seguro tiene que hacer maestría, hoy en día no consigues un buen trabajo con solo una licenciatura... Las expectativas que uno tiene de su hijo, definitivamente no son los límites y alcances del niño, sino los que la sociedad pide que tengan.
Teníamos pensado que Sofí entrara a pre-maternal a los dos años, para que yo pudiera tener mas horas laborables, y ella una estimulación temprana, para cuando tenía la edad de entrar a ese grado no-escolarizado ella ya llevaba mas de año y medio en terapias. Ya lo habíamos aceptado, no entraría a la escuela a los 2, mi vida y mi trabajo estaban ya acoplados a sus horarios de terapias, no importaba, según la SEP tiene que entrar a los 3.
Cuando se acerca el inicio del curso escolar 2013-2014, veo que es imposible que Sofí pueda entrar, ya gatea, pero no camina, no logra decir una sola palabra, ni expresar lo que quiere, tiene problemas gástricos pasó 5 meses con diarrea, en ese momento su principal reto era poder masticar; dejar de comer papillas.
Fue duro escuchar en las noticias, como el 19 de Agosto del 2013, millones de niños entraron a clases, millones si, pero mi Sofí no.
En ese momento, ella estaba intentando comer sólido, y tenía su babero de Harvard puesto.
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