En días pasados el Papa Francisco estuvo en nuestro país.
Sinceramente al escucharlo no dejaba de pensar en Sofí, antes de que llegara no pensaba en la visita, pero verlo y escucharlo en los medios por 5 días me hizo pensar nuevamente en Pitzi.
Cuando televisaban su llegada a la nunciatura cerca de la puerta había niños con características similares a las que tiene Sofí. Pensaba algunas veces... "me gustaría que Sofí estuviera ahí"... luego decían los comentaristas, "estas personas llevan mas de 6 horas esperando"... y ahí volvía a reflexionar "mi Sofí simplemente no tiene esa capacidad de espera"
Recuerdo que a mi abuelita le ofrecieron un boleto para asistir a la misa que dio el Papa en la Basílica de Guadalupe, ¿el problema?, Sofí tenía que llegar antes de las 8 de la mañana, y la misa no empezaría hasta las 5 de la tarde, simplemente no lograría estar ahi tanto tiempo. Ella se despierta alrededor de las 9:30 a.m., necesita alimentos primordialmente con caldo, no tiene capacidad de espera, y lo mas importante simplemente ella no entendería que hace sentada en la Basilica por tantas horas.
El Papa fue al hospital infantil, no pude dejar de dar gracias, al hecho de que Sofí no estuviera internada ahí, aunque seguía pensando en que me gustaría que Sofí recibiera la bendición del Papa.
¿Por qué quería que el Papa le diera la bendición a Sofí?, en realidad no lo tengo muy claro, se que Sofí es afortunada, tiene las crisis controladas, le hemos encontrado una maestra que le enseña todo lo que necesita aprender, disfruta sus clases de natación, cada vez la comprendemos mas. Creo que quería la bendición para saber que las cosas seguirían caminando así de bien. Se que lo que tiene no se cura, que probablemente nunca hable, y lo mas seguro es que nunca vaya a una escuela regular, creo que al final quería la bendición para saber que todo va a estar bien.
El Papa, iba a pasar a media cuadra de la casa, podía sacar a Sofí a la banqueta y esperar a que pasara la caravana. Sabía que en esa ocasión lo iba a hacer en un coche descubierto.
Yo estaba enferma ese día, no importó, tenía que ver al Sumo Pontifice, tenía que salir a verlo, creer en que todo va a estar bien, tener fe.
Me levanté, no había comentado a nadie que iba a salir, el papá de Sofí al saber mis intenciones, me acompañó, llevar a Sofí, solo implicaba molestarla, estaba dormida, no iba a entender nada.
Pacientemente esperamos la caravana, él y yo estábamos tomados de la mano, fue cuestión de segundos, lo vimos en vivo. Ambos dijimos, "Por Pitzi, todo va a estar bien"
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