Medicamentos

Si ya de por si tener que vivir con el Sr. West es bastante complicado, una de las cosas ms complicadas que trae a la casa son los medicamentos.

Desde el día uno el neurólogo no solo le receto a Sofí un medicamento, sino que fueron dos, bueno, no son muchos verdad.

Yo totalmente inexperta, veo la receta, 1.5 ml, de un medicamento y una pastilla del otro. Ahí hubo una pausa, no tenía idea de como darle 1.5 ml, pacientemente el médico me explico que con una jeringa que el medicamento era un jarabe... ah claro... era una cuestión de inexperiencia.

¿Pero?, ¿una pastilla?, para un bebé que todavía no prueba su primera papilla, ahí la explicación fue un poco mas compleja, tenía que comprar no solo la medicina, sino que también un mortero para triturarla y después diluirla en agua, para después administrarla con la jeringa. Empezamos con la alquimia...

En fin dos medicamentos, un jarabe, una pastilla, no parecía ser tan complicado.

Las complicaciones, resultó que la combinación de esos medicamentos no funcionó, hubo que aumentar otros muchos a la lista.

Primero se aumentaron mas anti-convulsivos, algunos si tenemos presentación de jarabe, y otros no -- pero ya dominamos el arte del mortero --, después hubo que aumentar medicamentos para bajar la irritabilidad y la agresividad, sin contar aquellos que la ayudan a dormir, ah claro esos únicamente para la cuestión neurológica, de la cuestión gástrica mejor ni hablamos.

Algunos de estos medicamentos, son caros, otros no tanto, pero considerando que los toma por meses, cualquier ahorro es bueno, así que siempre estamos buscando ofertas, donaciones, o muestras gratis... siempre es siempre... no me pierdo ninguna promoción... siempre al pendiente.

Hasta el momento la situación parece estar controlada, si muchos medicamentos muchos gastos, pero con un poco de organización y ahorro, todo esta bajo control.

Con lo que no contábamos es con lo siguiente...

Resulta que para los laboratorios médicos las ganancias que les dejan este tipo de medicamentos son muy bajas, hay algunos de ellos que no han sido actualizados en años; así que de la noche a la mañana se agotan en todo el país. La razón, millones, están en cambio de presentación, no hay ganancia, son muy viejos, etc.

Ya mejor ni pienso que le estoy dando una medicina que se desarrolló en los años sesenta, porque únicamente subiría mi nivel de estrés y no llegaría a nada.

La frustración y la desesperación empieza cuando llegas a la farmacia a comprar un medicamento que llevas tomando por meses y te dicen, "lo siento no lo tengo en existencia", a lo cual sigue la siguiente frase "déjeme revisar en otras sucursales" y justo ahí empieza el maratón...

Recorrer todas las farmacias que el sistema dice que tiene, hablar por teléfono, pedir ayuda a amigos médicos, literalmente querer... "saltar por la ventana"... si deja de tomar una dosis puede recaer... puede volver a convulsionar.

La ventaja, cada vez que me han dicho "lo siento esta agotada", recuerdo cuantas dosis me quedan en casa, y siempre me han quedado las suficientes para subsistir hasta encontrar mas medicamento.

En una ocasión, mi hermano las compró en Estados Unidos, en otra, fui a dar a un barrio que no conocía a las once de la noche, todo oscuro, todo vacío, una calle no transitada a una farmacia de 24 horas, donde había 2 cajas... No pasó nada, lo que sucedió fue que regresé con medicamento a mi casa.

Me llena de frustración saber que estamos lidiando con algo muy difícil de controlar, y que aquellos que elaboran lo poco que le sirve, simplemente digan "lo siento esta agotado"... y lo peor cuando les preguntas "¿por qué?", te digan... que no hay mercado...

No se si hay mercado o no, no se si hay ventas o no, solo sé que si Sofi no toma sus medicamentos.... mas bien no lo sé... siempre los ha tomado... sin embargo la industria no me ha hecho fácil ni la búsqueda, ni el pago, y ya sería demasiado pedir un jarabe para una niña que no mastica... seguiremos usando el mortero...

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