Viviendo un Mundo Ideal

 Nunca sabemos cómo se va a portar Sofi, salir con ella es toda una aventura, siempre hay que cargar muchas cosas, empezando por la carriola gigante y la pañalera llena de cosas, lo anterior no lo podemos cambiar así es y así será siempre, pero adicional a lo anterior, siempre existe la incertidumbre de saber ¿cómo se van a comportar las personas que nos rodean?, existe el temor, ¿la tratarán bien?, ¿la dejarán entrar?, ¿dejarán entrar a Timón?, ¿cómo van a reaccionar los demás si ella se altera?, ¿habrá accesos?, ¿será fácil moverla con la carriola?; muchas veces -erróneamente- pensaba que el entorno no se podía cambiar que si o si las personas se molestan si ella grita y que lo más seguro es que no haya accesos, y que probablemente tenga que explicar por varios minutos la importancia de Timón… con Aladdín en su función relajada, el entorno se cambió. 

 

Ya habíamos vivido la función relajada de “El Rey León” y de “Vaselina”, así que sabíamos que Aladdín no podía ser diferente, y en todo caso si fuera diferente solo sería para ser mejor. 

 

Y así fue… nos dirigimos hacia el teatro, con todo lo que eso implica con la mayor tranquilidad de saber que toda la familia íbamos a disfrutar una gran obra de teatro. 

 

Un poco lento el acceso, ¿por qué?, pues porque el teatro (como muchos recintos de México), si tienen acceso por elevador para personas que se mueven en silla de ruedas o carriola, sin embargo, solo es 1 elevador y a este le caben muy pocas personas, así que hubo que esperar nuestro turno. 

 

Llegar a nuestros lugares también fue complicado, para llegar a ellos hay escalones, (cuestiones de diseño arquitectónico), sin embargo, tanto para el elevador como para llegar a nuestros lugares había muchas pero muchas personas, que nos ayudaron, y que hicieron la espera y la bajada de los escalones mucho más llevadera. 

 

La obra lo máximo, Sofi feliz, siempre le han gustado las canciones y mas si estas están acompañadas de un gran número de luz y color, si grito y gritó de emoción, nadie pero nadie dijo nada, una gran tranquilidad saber que ella podía gritar y que no me tenía que angustiar porque la audiencia que nos rodeaba se enojara. 

 

Sofi aplaudió, se rio y literal vibró de emoción en todas las canciones… yo feliz de disfrutar una gran obra y de ver tanto a Sofi como a los gemelos felices. 

 

Ahora la salida, complicada -otra vez- por las cuestiones de los escalones y la escases de elevadores, pero la ayuda no faltó, y además de la ayuda la empatía de todos para esperar y dar el paso. 

 

Dicen que las cosas no se pueden cambiar pero si, las cosas pueden cambiar y podemos vivir un mundo ideal. 

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