Una simple revisión.

Cuando uno tiene un bebé sabe de antemano que las visitas al pediatra son inevitables, hay que revisar constantemente su peso y talla; así como seguir puntualmente el esquema de vacunación.

Sofi salió del hospital ya con su primera cita programada, justo a la semana de nacida; y a partir de ahí se programó una cada mes. 

Nunca falló a ninguna y su cartilla de vacunación iba al día. 

Previo al diagnóstico tuvimos una cita extemporánea causada por el reflujo; y a partir de ahí todo se descontroló. 

Ya las visitas no eran programadas, se convirtieron en emergencias y en angustias. 

Y su perfecto esquema de vacunación se vio alterado. La alteración se debió a dos razones mientras estuviera con crisis constantes no se puede vacunar a nadie y por otro lado un fantasma que nos rodeó, ¿las vacunas causaron las crisis?

Después de revisar estudios y de hacer múltiples preguntas llegamos a la conclusión de que las vacunas no causan West, sin embargo el esquema de vacunación ya no se siguió al pie de la letra. 

Por mucho tiempo las visitas al pediatra han sido para encontrar respuestas a síntomas que no lo tienen, los problemas gástricos simplemente no parecen tener solución.

El seguimiento de talla y de peso se vio alterado. 

Llevamos tiempo con Sofi bien, pero no recordaba que había que llevarla a su revisión de rutina, lo recordé cuando lleve a los gemelos a sus vacunas de los dos años 3 meses, el doctor preguntó por Sofi, y ahí recordé, ¿si llevo a los gemelos a revisión periódica no debería llevar también a Sofi? El doctor dijo que efectivamente ya había pasado mucho tiempo desde su última revisión; ya que normalmente llegamos con ella con algún tipo de problema grave. 

Así que la cita se hizo, la verdad pocas veces he hecho cita para Sofi en los últimos años, por lo general hablo y la tiene que revisar de emergencia. 

La espera fue sin angustias sabíamos que estaba todo bien, Sofi entró caminando al consultorio pero al ver al doctor, al igual que sus hermanos,  no quiso seguir adelante y ella en lugar de llorar o darse la vuelta simplemente se tiró al suelo.

Cuando el doctor pregunta, ¿cómo está Sofi? La respuesta fue maravilloso poderla expresar, ya que fue "muy bien"

La revisó sin necesidad de que la estuviera conteniendo, bueno necesito algo de ayuda para verle la garganta. 

Al final, con un poco de dificultad la pudo pesar y medir, anotó todo en el expediente, nos indicó las vacunas que le correspondían, le descubrimos el lugar donde se las aplicó, y Sofi a diferencia de todas las veces que la han tenido que inyectar, reaccionó, no lloró, pero si se quejó, lo que nos dice que ya siente más. 

Al final el doctor nos dijo que la veía muy bien, y que sinceramente esperaba vernos para la próxima revisión en un año.

No se si pasará un año para que Sofi vea a su pediatra, pero estoy segura de que él como yo disfrutamos la consulta sabiendo que Sofi pasó su revisión de rutina con éxito

Cosa que tenía muchos años sin pasar. 

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